Investigadores del MIT están trabajando en un nuevo tipo de batería que se parece más a un condensador eléctrico que cualquier batería actual basadas en reacciones químicas.

Hasta ahora, los condensadores podían utilizarse como baterías, pero con el inconveniente de ofrecer mucha menos capacidad a igual tamaño, unas 25 veces menos para ser exactos. En un futuro próximo, gracias al uso de unos filamentos conocidos como nanotubos que vienen a ser unas 30.000 veces más pequeños que un pelo humano, se podrá incrementar la densidad de estos nuevos condensadores para igualar su capacidad de almacenamiento a las baterías que todos usamos.

¿Dónde está entonces la ventaja? En teoría, las nuevas baterías se podrán cargar en cuestión de segundos y no necesitarán ser reemplazadas ya que apenas se deterioran con el uso, lo que las hacen perfectas para toda clase de aplicaciones: desde pequeños dispositivos como móviles, cámaras o portátiles, hasta otros no tan pequeños como coches que se recargan a si mismos aprovechando la energía de su movimiento.

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